El general del Ejército de Tierra, Fernando Morón Ruiz, hasta ahora comandante militar de Tenerife, se ha despedido personalmente de los cargos públicos herreños tras su traslado a Madrid a desarrollar nuevas labores en el Estado Mayor de la Defensa. El presidente insular, Alpidio Armas, junto a otros cargos institucionales, de Cuerpos y Seguridad del Estado y representantes militares de la isla se desplazaron al cuartel militar Anatolio Fuentes, donde compartieron también con otros mandos de este acuartelamiento un encuentro.
Este general será recordado en Canarias por haber sido el coordinador de la evacuación de la población de La Palma durante la erupción del volcán Cumbre Vieja. Su labor como comandante militar de Tenerife, en la logística y preparativos para acoger y realojar a los más de 6000 damnificados por la erupción, fue determinante para conseguir minimizar los devastadores efectos de tan terrible suceso que todos conservamos muy vivos en la memoria.
Numerosos destinos
Pero, en los últimos años, el militar ha participado en misiones internacionales (como, por ejemplo, en la antigua Yugoslavia ) auspiciadas tanto por la ONU como por la OTAN y la Unión Europea.
Asimismo, durante varios años estuvo destinado en el Mando Conjunto de Ciberdefensa de las Fuerzas Armadas, primero como Jefe de Planes del Estado Mayor, y posteriormente al frente de la Jefatura de Simulación, Auditorías y Desarrollo, puesto que de nuevo ocupará.
De su extenso currículum profesional se puede subrayar, además, que es diplomado de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y que siguió un Máster en Estudios Estratégicos en el Colegio de Guerra de los Estados Unidos de América, en donde se centró en un proyecto de investigación sobre las estrategias de Ciberseguridad norteamericana y española.
Agradecimiento a la labor del general Morón
El presidente insular, Alpidio Armas, durante este encuentro agradeció al general Morón la plena dedicación, con especial atención a la catástrofe natural en la isla de La Palma, en la que la seguridad y el binestar de las personas fueron el objetivo uno, deseándole el mayor de los éxitos en sus nuevas funciones. Igualmente tuvo palabras de elogio para la relación afectiva e integradora que siempre ha mantenido el Ejército con los herreños y herreñas, “que se ha traducido siempre en una colaboración interadministrativa para todo aquello que se precisa por parte de la sociedad insular”.