La Fundación CajaCanarias inauguró ayer miércoles, 9 de noviembre, la exposición Rostros de la Guerra Civil, que podrá visitarse hasta el próximo día 30 del presente mes en la Sala de Exposiciones del Cabildo Insular de El Hierro (calle Doctor Quintero, 1. Valverde). La muestra está compuesta por 20 impactantes imágenes del archivo fotográfico de la Agencia EFE y, con entrada gratuita, se enmarca en el programa de actividades del Otoño Cultural CajaCanarias 2022 diseñado para la isla del Meridiano. Toda la información en relación con esta exposición se encuentra ya disponible a través de www.cajacanarias.com.
Rostros de la Guerra Civil es, por lo tanto, una muestra conformada por interesantes documentos del archivo fotográfico de la Agencia EFE, que acercan al visitante a un conflicto bélico que marcó, para siempre, el devenir contemporáneo de España. Una vez más, la Fundación CajaCanarias ofrece la oportunidad de reflexionar sobre valores colectivos sobresalientes, consciente del papel esencial con el que cuenta la cultura en el desarrollo de sociedades más fraternas, pacíficas y tolerantes. Contemplar, con la perspectiva del tiempo, las instantáneas tomadas por unos y otros fotógrafos entre 1936 y 1939 suscita la reflexión sobre el necesario afianzamiento de los valores que promueven la paz.
Este conflicto del siglo XX tuvo en la fotografía el sustituto de los grandilocuentes óleos de guerras pasadas, donde la poética de vencedores y vencidos entablaba auténticas visiones irreales de los hechos. Es en el trabajo de los corresponsales de guerra, en sus fotografías documentales, donde el terror de la guerra queda patente y, aunque pasada por el filtro de cada objetivo, donde la realidad se hace más cruda. Desde esta visión, se desarrolla una de las claves del discurso de la exposición: la objetividad de los hechos confrontados en la imagen fotográfica de cada reportero de guerra, cuestión esencial para analizar un tema tan trascendental como crítico.
Desde el punto de vista artístico, es un acercamiento a un tipo de documento gráfico que, en ocasiones, no deja de lado las capacidades estéticas del autor que, en medio de unas circunstancias dramáticas, es capaz de continuar buscando la belleza en lo que podríamos llegar a denominar “poética de lo terrible”: miradas elocuentes o paisajes destruido donde se funden las ansias creativas y cualidades técnicas de cada fotógrafo, con el grito sordo del pueblo.